Cinco puntos por los que te vas a emocionar con La Distancia Entre Nosotros
Por Flor Méndez - 14:00

Cuando sus padres deciden cruzar ilegalmente la frontera mexicana en busca del sueño americano, Reyna y sus hermanos se ven forzados a vivir con su abuela, mientras esperan que sus padres regresen para comenzar una vida junto a ellos. Pero las cosas no salen como lo planearon, y Reyna debe preparar su propia travesÃa hacia el otro lado, para vivir con el hombre que ha cautivado su imaginación durante años: su padre ausente.
La distancia entre nosotros es una historia divertida y desgarradora al mismo tiempo: nos demuestra cómo es la experiencia de ser inmigrante y retrata a la perfección los desafÃos y dificultades que Reyna y sus hermanos tuvieron que enfrentar para asimilar una nueva cultura, un nuevo idioma y una vida familiar en el otro lado.
Gracias a la editorial por el ejemplar.
Reyna es una own voice. En La Distancia entre Nosotros habla de lo que vivió, y es su autobiografÃa. No habla de lxs peques mexicanxs que cruzan la frontera como una estadÃstica, un número, un estado de legalidad o ilegalidad: habla de seres humanos que sufren y lloran y a los que les duele, y que perfectamente podrÃamos haber sido nosotrxs, si nos tocaba una suerte diferente. La narración es cruda, sentida y cruel, y te genera muchÃsimas sensaciones: ternura, dolor, asco, bronca, no mucha felicidad y, en ciertos momentos, incredulidad. No entendés cómo lo que estás leyendo es algo que pasa de verdad, cómo lxs padres de unxs peques tienen que abandonarlxs para irse a otro paÃs y poder ganarse unos pesos... pero después abrÃs un diario o prendés la tele y te das cuenta de que ni el cerebro más creativo de la historia podrÃa haber inventado tal realidad alterativa.

Y sabe perfectamente por qué es tan necesaria su own voice. Cuando era chica leÃa libros que sólo tenÃan niñxs/adolescentes estadounidenses y de clase media, o libros sobre inmigrantes mexicanxs adultxs: ella no estaba, su historia no existÃa, su existencia no importaba.

A Reyna no se le cae ningún anillo al momento de escribir por lo que pasó, de contarle a la persona que está leyendo sus páginas lo mucho que le costó salir adelante y convertirse en la persona que es hoy: las cicatrices, fÃsicas e internas, que aún lleva consigo.

Ella sigue hablando de lo que pasa en su ciudad. Aún después de tanto tiempo, de cambiar radicalmente sus posibilidades y su futuro, vuelve a Iguala cada cierto tiempo y habla: "mis primos que aún viven en Iguala están pasando por una situación más difÃcil. Además de la pobreza, ahora hay violencia, hay cárteles, hay la ‘guerra contra las drogas’, hay desapariciones como los 43 estudiantes que fueron desaparecidos a diez minutos de donde vive mi familia, hay fosas clandestinas. Me da mucha tristeza porque ya habÃa suficiente tristeza en Iguala, y ahora la vida es más triste y pesada". Cuenta su historia porque necesita sacarlo de adentro, pero también para dar cuenta de que su historia no es la única y que pasan cosas aún peores a medida que pasa el tiempo y que Iguala queda relegada a una ciudad de pobres.


"(...) mi libro explora temas más allá de la inmigración. Habla del abuso doméstico, abuso de los niños, el alcoholismo, el divorcio, familias rotas, de pérdidas y sacrificios. Habla de superación, de sueños para el futuro, de esperanza, de no dejarse vencer, el triunfo que se puede obtener con esfuerzo, trabajo, y un poco de suerte y ayuda. Estos son temas que muchas familias tienen en común en ambos lados de la frontera".