Volviendo a Forks: diez años después

Por Flor Méndez - 11:05


Releer Crepúsculo más de ocho años después nació como una joda y quedó: había visto las pelis de fondo mientras trabajaba para tener un sonido ambiente, pero terminé trabajando de madrugada porque usé toda mi tarde viendo las cinco películas de un tirón.

Vengo con un parón lector de hace más de un año y solo Harry Potter, saga que amo pero que jamás leí (hasta ahora), es lo único que me sacó de esa meseta. Pero, al haber llegado al último y leyendo el séptimo libro, me atacó la nostalgia y voy mucho más lento porque no lo quiero terminar. Estoy segurísima de que cuando la termine voy a releerla en inglés, porque es algo que siempre quise, pero aún así esa sensación de nido literario vacío (¿?) no se quita.

Necesitaba otra cosa para ir leyendo a la par y así que no se gaste tan rápido el último título, así que, básicamente, la idea de releer Crepúsculo nació así: de la pésima idea de reírme de un libro que recordaba horrible, cuya primera película siempre me gustó pues su presupuesto era de veinte patacones y dos caramelos masticables de banana. 

Además, algo jugaba a mi favor: no recordaba casi nada de Crepúsculo en adelante. Si bien creí recordar más del primer libro (spoiler alert: no me acordaba casi nada), del resto recuerdo poco y nada, y del cuarto sé que tardé más de seis meses en leerlo, porque me pareció pésimo. Así que entre eso y las ganas de burlarme, leer Crepúsculo nació un lunes a la noche, tirada en la cama y con insomnio.

Para mi sorpresa, me terminó arrastrando en un remolino de nostalgia que me hizo rememorar mi mejor época de lectora, en la que todo me fascinaba y me era totalmente nuevo. Y una época bastante al pedo, digámoslo todo: fue mucho antes de que tuviera Goodreads, pero en esos momentos llegaba a un promedio de 70 o 75 libros al año. No tenía mucho que hacer, mi hobby era la lectura y unos años después tuve un blog literario al que alimentar con contenido. Era la combinación perfecta.

Doy por sentado que todes leímos Crepúsculo, como mínimo el primero, o sabemos de qué se trata. No voy a marcar los spoilers porque tuvimos quince años para leer esta obra maestra (¿?), así que bancá los trapos o leé el primer libro a la par.

Está más que claro que Crepúsculo no es ninguna obra maestra desde ningún punto de vista y que lo de la anterior oración era en joda. Meyer escribe pésimo, el desarrollo de los personajes es nulo, la trama en sí es unidimensional... incluso en La Huésped, si no recuerdo mal, le falta absolutamente todo lo mismo que en esta saga. Y también le falta motivación, porque hace más de diez años dejó una saga sin terminar (la de La Huésped) y un libro desde la perspectiva de Edward sin escribir (léase Midnight Sun) (pero sacando Vida y muerte, porque no es ninguna boba), sin motivo aparente. Una amigaza con sus fans y lectores, la verdad. Más que una amiga, una bro.

Hay algo de todo esto, de todas formas, que, como dije en Twitter, hizo que Meyer pueda vender millones de copias en mil idiomas diferentes y así dejar a la mitad títulos y sagas que tenía planeadas chupándole todo tres pepinos. Es decir, ni Stephen King, ni Suzanne Collins, ni ningún autor en esta escala de fama se atrevió a tanto. ¿Qué es? De nuevo, como dije en Twitter: cosa de Mandinga. Otra no se me ocurre.

Lo que hoy puedo decir que tiene, ya lo dije: para mí es la nostalgia. Digo, tenés a una piba de casi 25 años escribiendo una especie de reseña en su blog, el cual está cuasi abandonado hace más de un año, sobre un libro que salió hace quince años y que ella leyó hace poco más de diez: algo tiene que haber.

Para cuando leí este libro, mitad prestado, mitad pirateado pues lo leí mucho antes de siquiera empezar el blog y tener idea de qué significaba el pirateo para la industria, no había leído mucho, y muchísimo menos juvenil. Todo era nuevo, todo era fantástico, de todo tenía un poquitito que aprender. Los primeros libros juveniles y, sobre todo, aquellos que leí luego de elegirlos especialmente en la librería, sin otra información que la sinopsis del libro pues #niñesnonativesdeinternet (y así me fue, leyendo sagas desordenadas), tienen un lugar muy importante en mi corazón, y Crepúsculo es uno de ellos.

Pero lo malo es que Crepúsculo fue, tanto para mí como para muches otres, un libro formativo: lo que leemos en la infancia pero sobre todo, creo yo, en la adolescencia, es increíblemente formativo y nos va dejando pequeñas marcas de qué es lo que deseamos para nuestra vida y aquello que rechazamos, el bien y el mal, estereotipos, prejuicios y mensajes. Muchas veces he contado que he tenido vínculos románticos de mierda y sobre todo de adolescente (y muy recientemente un poquitito también), y mucha de esa carga la pongo en libros como este. Los tuve porque era una chica propensa a cruzarme y encariñarme con estas personas que me hacían mal, pero también los tuve por Crepúsculo, por la saga de Jude, por muchos otros títulos cuyos vínculos no necesariamente románticos eran abusivos y violentos, en lo físico o, y como en mi caso, en lo emocional.

Por supuesto, como digo, no fue lo único y ni siquiera diría lo principal, pero estar esperando a un Edward que me salvara fue en gran parte razón por la que durante toda mi adolescencia me sentí un ser pasivo, recluido, callado. Yo era una nena muy alegre, ruidosa, con muches amigues y que se divertía en todo momento hasta que la sociedad me dijo que algún día iba a tener toda la atención de los chicos y que eso era lo importante en la vida, y los libros (y otros productos culturales) me dijeron que las chicas que atraían a los chicos son las Bella Swan, las Lucy Larson, aquellas jóvenes sosas y pasivas, cuyos amigos son hombres porque las mujeres son chusmas, histéricas, arpías, y mi personalidad se fue adaptando a ellas. Yo era una nena feliz, extrovertida y confiada hasta que los productos culturales me dijeron que las chicas que atraían a los chicos eran las flacas, depiladas, chiquitas, por lo que comencé a cubrir mi cuerpo, muy grande para mi edad hasta que dejé de crecer como a los 13, e intenté hacerme lo más invisible posible. Yo era una persona con mucho poder de decisión y alma de líder, hasta que los productos culturales me dijeron que Edward es el que toma las decisiones por más que a Bella no le gusten, que ella se tiene que comportar porque él va a estar vigilando (cita casi textual del libro), que él decide qué va a hacer ella cuando no está del todo segura donde está, y mi ex novio de la adolescencia hizo de mí una persona callada, tímida, siempre dudosa. 

(Y después vinieron las Katniss Everdeen, las Cinder y, hace muy, muy poquito, las Vivian Carter, y estoy escribiendo esto siendo feliz, grande, desafiando los términos heteropatriarcales y pudiendo identificar las cosas terribles que leí de adolescente).

También esta relectura trajo cosas buenas: Bella no me parece tan pasiva como la recordaba, por ejemplo. De vez en cuando se planta y, aunque sea por cuestiones caprichosas o yo no comparta sus decisiones a medida que voy leyendo, exige cosas que quiere, desea o de las que simplemente tiene ganas. Stephenie Meyer hace un pésimo trabajo en términos generales, en todo sentido, pero quizás también ella fue formada por ciertos productos culturales que le hicieron creer que Bella era el arquetipo ideal, y que un Edward era lo que ese arquetipo necesitaba.

Edward, un hombre que le quiere hacer creer que está loca (en su momento entendible porque intentaba proteger a su familia, hoy entendido como gaslighting), un hombre que todo el tiempo va y viene diciéndole que no tendría que acercarse a él porque es peligroso, pero que al segundo le dice que la espera al otro día en la cafetería para almorzar juntos.

Edward, un hombre que, con la excusa de tener curiosidad por no poder leerle la mente, invade su espacio (emocional y físico) todo el tiempo, que la vigila, que la sigue, que la ve dormir (!!!) y escucha las conversaciones que tiene con sus amigues. Porque esas cosas no hay que pasarlas por al lado: literalmente en una escena él escucha lo que habla con Jessica (lo que hay para hablar de misoginia en este libro, mamytahhhhhh) y es la única vez que Bella se enoja por pasarse de la raya, porque esa era una conversación personal.

Pero Edward no es el único problema, y quiero pasar de largo el clarísimo Mary Sue de este libro. El problema es que la Meyer del 2005 (no sé la actual porque al parecer MURIÓ no, mentira, no murió as far as I know, pero ya saben que casi no existe) era increíblemente misógina y machista. Los únicos tres personajes importantes femeninos por fuera de Bella son Jessica, Angela y Alice.

Jessica tiene por descripción la compañera chusma: no la soporta, solo habla con ella para sacarle información de Edward (y por soledad, como veremos en Luna Nueva), y Bella es su competidora directa por la atención de Mike. Angela le cae bien porque es tímida y callada, y no la molesta mucho, pero ella también es su competidora directa por la atención de Eric (en la peli) y de Ben (en el libro). Alice, por último, es piola y divina y todes la amamos, pero es muy femenina, hermosa (como tode vampire en esta saga) y no hay competencia alguna porque ella tiene a Jasper y Bella a Edward, estamos joya.

(También se menciona a una tal Lauren un par de veces durante el libro (¿?) que es la rubia forra de todo producto cultural yanqui y, ADIVINARON, la competidora directa por la atención de Tyler).

Quiero que esta serie de posteos sea lo menos ensayo posible, pero me es inevitable: no solo por cómo y lo que estuve escribiendo este año y pico en el que básicamente no escribí reseñas, sino porque quiero ser lo menos juzgadora al momento de releer un libro que se editó originalmente en el 2005. 

Leo un libro de esa época con los ojos de ahora no para castigarlo, porque no me parece justo ni cuerdo, pero sí lo hago por las Florencias (y Agustinas, y Sofías, y Martinas y Eugenias y Marías) adolescentes que, por curiosidad, se encuentran con este u otros libros que fueron sacados para nuestra camada lectora. Quiero que les jóvenes, y sobre todo las feminidades jóvenes, lean lo que quieran, pero siempre con consciencia y con una mente ágil, reflexiva, que puedan dar cuenta de estas cosas y disfrutar (u odiar) un producto cultural sin que necesariamente impacte negativamente en su vida. Quiero que les xadres dejen a sus hijes leer lo que elles quieran o les caiga en las manos, pero sabiendo a qué se enfrentan como xadres, como adultes siendo, quizás, la única y mucha o poca referencia que tengan las juventudes cercanas a elles. Quiero que esto sirva a la gente que se cruce con este posteo y los que vendrán, para dejar de decir que la literatura juvenil es mierda y basura y que les jóvenes solo leemos porquería, porque de todo se puede sacar algo constructivo y nuestras juventudes ya no son ni tontas, ni dormidas, ni idiotas. Estoy segura, me atrevería a decir, que nunca lo fuimos.

Releer Crepúsculo fue una experiencia sanadora #JoséMaríaDomínguez. Me permitió no solo reconciliarme con una de las lecturas formadoras de la adolescencia, sino con mi yo joven que permitió que los Edwards y los Jacobs fuesen el objetivo romántico al que apuntar (e ignorando como la boba y reprimida que fui mis sentimientos por Alice, el primer personaje femenino que me hizo sentir algo por ella). 

Creo e incluso confío en que este viaje de vuelta a Forks va a traer muchas cosas interesantes dentro y fuera de hilos de Twitter. Vamos a ver si me banco la lluvia constante. 

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5 ♡

  1. Wowww. Me identifiqué mucho con tu reseña. Justo el otro día estaba hablando con un par de amigues sobre vender los libros de Crepúsculo. Algunes no podían entender cómo no lo hacía porque "ya quedaron en la historia". Con honestidad son como reliquias para mí jajaja. Los empecé a leer en primaria y tengo escrito en marcador la fecha en la que terminé Amanecer, súper orgullosa. Me gusta hacer el ejercicio de reírme de manera catártica sobre esos libros pero al fin y al cabo también son parte de lo que soy yo ahora. Amé tu hilo en Twitter. Quizás me sume a leerlos jajaja estoy en tremendo bloqueo.

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  2. Hola, Flor.
    Leer esta entrada me hizo volver a la adolescente Ana que soñaba con toparse un Edward o un Jacob. Al mismo tiempo, me pregunto por qué quería y necesitaba a un modelo varonil de ese tipo en mi vida. Y es que, a diferencia de ti, yo me sentí como un bichito raro y asilado durante mi niñez y mi adolescencia. En primera, Harry Potter me puso estándares de amistad altísimos; durante años pensé que no tenía amigos reales porque no sentía que ninguno de ellos me comprendiera. Todos los demás, de alguna manera, se las arreglaban para ser chicos sociales, que iban a algunas reuniones, al cine, a fiestas y yo, ahí estaba, sintiéndome en el fondo, un poco olvidada, maltrecha, polvorienta. Entonces, cuando leí Crepúsculo, me sentí Bella. Y juro que me sentía contenta de estar representada, al fin, en una historia. Leí Crepúsculo a los 16 años. Recuerdo perfectamente cómo fue que lo vi en el mostrador de la plaza comercial y cómo llegué a casa a hablar de él. Recuerdo todo eso, recuerdo estar en la escuela y leerlo, una y otra vez, recuerdo que quería escribir historias como Meyer, comencé a hacer el boceto de mi primera novela (nunca pasé del primer capítulo) y después, escribí mi primer fanfiction. Entonces Crespúsculo y sus personajes no solo marcaron una parte de mi adolescencia, sino que me formaron como escritora. Y siempre, siempre, siempre, estaré agradecida por ello porque es una de las cosas que más disfruto.

    Hace algunas sesiones de terapia, estaba hablando con mi terapeuta sobre la escritura y el terror que me da no ser buena en ello y cómo he dejado de escribir por ello. Comenzamos a hablar de la representación y me dijo que, por las veces en las que habíamos conversado en sesión, pensaba que podría escribir historias con protagonistas que fuera mejores que otros (mencionó los de After). Y la semana pasada, igual en sesión, yo volví a sacar el tema de cómo la representación importa tanto. Porque vivimos en un mundo donde pocas veces me he sentido representada en aspecto físico y también en personalidad. Y si tuviera que elegir, creo que Bella sería uno de esos personajes porque me sentí así durante mucho tiempo. Y Miranda (BBC) y tal vez la Lara Jean Covey de las películas.
    En fin, siempre amaré Crepúsculo y cómo me hizo sentir, porque justo en ese entonces era como Bella. Y sé que así como nuestras lecturas han ido evolucionando, también nosotros.

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  3. Hola! estaba pensando en crepúsculo y justo me apareciste vos, le voy a dar una releida a ver cómo lo veo ahora con ojos de feminismo y unos cuantos años más

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  4. Mirá Florencia, PUNTO NÚMERO UNO: kestasasiendo? Vos querés que me den ganas de releer Crepúsculo????!!! SOS LOCA???!!!111

    Nah, hablando en serio, comparto 10000% lo que decís. Yo ya era lectora desde chiquita, pero en mi caso, que sí leí HP de niña, terminé la saga y no me volví a encontrar con algo """""para mi edad"""" hasta que salió Crepúsculo. Me acuerdo que los devoré completamente (me los había prestado una amiga) y estaba TAN PERO TAN ENGANCHADA que siendo la nerd del curso me PONÍA A LEER EN CLASE ABAJO DEL BANCO Y ME RETABA LA PROFE (????? Real, acabo de acordarme de esa situación. La profe estaba ANONADADA de que yo no estuviera prestando atención a la clase, y cuando le mostré lo que leía dijo "uy, sí, mi sobrina está igual". No sé, en ese momento fue algo increíble, nos guste o no, en mi caso me introdujo a la literatura juvenil, y la verdad ahora yo también puedo diferenciar lo que creí que era una relación sana (alerta de ex tóxico, obvio) de lo que ahora me doy cuenta que era un HORROR (CÓMO PENSAMOS QUE ERA RE LINDO QUE EDWARD LA VIGILARA, DIOSSSSSS). [Paréntesis: SAME CON LA TRILOGÍA HORRENDA DE JUDE. NOS MORFAMOS TRES LIBROS PARA QUE LA DEJE EMBARAZADA, LE CAGUE SU FUTURO Y SEA UNA ESPOSA DECORATIVA¡¡¡!!!11111!!!!!!!UNO] De verdad no entiendo cómo salimos de esa.

    Nada, la verdad es que no creo que vaya a releer la saga porque me da una paja tremenda, pero recuerdo lo obsesionada que me tuvo en mis 15 años, con posters ocupando toda mi pared (ay por dios, me acuerdo y me da vergüenza), y así y todo tengo la saga y varios libros ilustrados especiales que salieron, y no me puedo deshacer de ellos, tipo me da mucha nostalgia ♥

    En fin, seguiré rememorando todo esto a través de tus hilos de Twitter, gracias por hacer el trabajo por nosotres :P

    Beso, TKM♥
    Mami Eri

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  5. Hola Flor!
    Primero y antes que nada WOW KERI QUE POST, me encantó porque me sentí terriblemente identificada con lo que decís. Crepúsculo fue mi primera lectura adolescente, lo primero que leí por decisión propia y lo que me abrió al mundo de la lectura (y la recuerdo con mucho cariño por eso) pero al mismo tiempo creo que todas las que somos de esa camada, que crecimos viendo esas películas, consumiendo esos estereotipos y creyendo que una mujer es atractiva y deseable solamente si sigue ciertos pasos/modas o es de determinada manera. Yo a Bella siempre la vi con cariño porque la comprendía; comprendía que estaba lejos de una madre que realmente mucho no se interesaba en ella porque estaba más centrada en la carrera de su nuevo esposo, comprendía que tenía un padre que hacía lo que podía para contenerla pero que tampoco alcanzó y comprendí como no tener xadres que te orienten un poco o amistades más sanas de las que ella tenía te terminan empujando (a veces) a los brazos tóxicos de alguien. Este libro es muy impactante porque Bella deja de ser, de un momento a otro, una nena. Deja de preocuparse por cosas triviales como sus viejes separados, sobre la escuela a preocuparse por gustarle al tipo raro pero cautivador que la mira fijamente. Que se comporta como idiota para después decirle que así es y que mejor se aleja o se la fuma. Porque Bella se la tiene que fumar: se tiene que fumar todo lo que Eduardo trae consigo (lo mejor claramente Alice, diosa divina y lo único que me gustó de los libros/pelis)
    En mi caso en ese entonces me gustaba más Jacob porque (a) hombre lobo (b) era mi tipo de adolescente: musculoso, sexy, atrevido, gracioso, etc. ahora soy feliz con que no sea manipulador (c) en ese entonces sentía que Jacob la quería por como era, que no le pedía que cambiara por él o que se alejara de las personas porque no podían conocer su secreto, pero Jacob terminó siendo el peor y ponele que me "alegra" que dentro de sus opciones limitadas, Bella eligiera la manzana podrida que al tacho de basura.
    En fin, espero que haya quedado algo coherente (?

    beso!
    Juli

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